La actuación se realiza en un espacio residual que estaba conformado por tres áreas diferenciadas e inconexas generadas en periodos distintos entorno a la antigua finca del Abajón, de la que toma el nombre. La propuesta no sólo pretende crear un gran espacio lúdico público que aglutine zonas de descanso y esparcimiento, sino que da solución a una serie de problemas urbanísticos y de funcionamiento existentes como era la sectorización del espacio por antiguos cerramientos en mal estado de conservación; el inadecuado desembarco de la pasarela existente sobre la carretera de Majadahonda (que desembocaba a más de 100 m de la Avenida de España, contra las jardineras de la urbanización y muy próxima a la carretera con peligro para los usuarios y que carecía de protección solar pese a estar orientada a poniente); el estrechamiento del paseo peatonal con peligrosos pasos junto a la carretera y creando espacios residuales con mobiliario urbano que interfería en la circulación; la existencia de convivencia entre bicicletas y peatones en una estrecha franja, la existencia e interferencia de hitos urbanos olvidados, mobiliario deteriorado y carteles publicitarios inapropiados, que impedían la más mínima perspectiva del conjunto; el uso incontrolado como aparcamiento; la ausencia de alumbrado público salvo las farolas de la carretera; la ausencia de riego por goteo en las jardineras; las ruinas del antiguo portón de acceso a la finca “El Abajón”; la ausencia de un hito de señalización de acceso al municipio, el deficiente acceso de servicio al colegio público Fernando de los Ríos.

       El proyecto realizado contempla: la recuperación peatonal del entorno con un paseo lineal adoquinado y otro más rústico y serpenteante de tierra compactada; la creación de un pequeño carril para bicicletas separado del peatonal mediante un parterre de césped; la creación de 4 áreas de descanso diferenciadas con elementos de protección solar (pérgolas escultóricas) que se han vinculado a los cuatro elementos básicos (tierra, aire, fuego y agua) como hilo conductor temático del parque; la creación de dos áreas infantiles diferenciadas por edades y de zonas deportivas al aire libre (circuito de gimnasia y zonas para juegos de bolos y petanca); la reforma parcial de la pasarela existente, prolongándola a zonas de menor peligro, dándole un doble desembarco y dotándola de un parasol; la restauración y ampliación de las jardineras existentes dotándolas de una decoración a modo de mosaicos de colores vinculados al hilo temático conductor de los 4 elementos; la creación de un hito que marque la entrada al Municipio sobre la pasarela; el ajardinamiento y riego automatizado por goteo del conjunto; la creación de áreas limitadas para perros; la restauración y recuperación del portón de la antigua finca “El Abajón”, la eliminación de antiguas cercas, cárteles publicitarios e hitos olvidados sin uso y el acondicionamiento del acceso de mercancías al Colegio público Fernando de los Ríos.

       Todo con un hilo temático conductor: el de los cuatro elementos básicos de la naturaleza. Así este parque nos lleva a un recorrido lineal, siguiendo las teorías de los antiguos filósofos griegos: Tales de Mileto, Anaxímedes, Heráclito, Empedocles y más tarde Aristóteles y Platón. La TIERRA es la sabiduría, la fuerza, la prosperidad y el crecimiento; su color es el VERDE, su punto cardinal el NORTE, su estación el INVIERNO y su momento la MEDIANOCHE. El AIRE es la inteligencia, la inspiración y la imaginación, su color el AMARILLO, su punto cardinal el ESTE, su estación la PRIMAVERA y su momento el AMANECER. El FUEGO es la pasión, la motivación, la voluntad, la sensualidad y la seducción, su color el ROJO y su punto cardinal el SUR, su estación el VERANO y su momento el MEDIODÍA. El AGUA es la emoción, la intuición, el amor, la ilusión, la purificación y la familia; su color es el AZUL, su punto cardinal es el OESTE, su estación el OTOÑO y su momento el ATARDECER. En este viaje los colores de la naturaleza acompañan la simbología de los elementos. En cada zona de descanso se representa a cada uno de ellos; las pérgolas son esculturas que acompañan el vaivén de las olas, la intensidad del fuego, los abanicos del viento o simplemente los juegos de arena.