El Proyecto consiste en la ampliación de una vivienda existente y la adaptación del conjunto para una familia numerosa con un miembro con discapacidad motora. La propuesta mantiene el volumen de la edificación existente, reformando parcialmente su distribución interior y propone adosar a su fachada este la ampliación propuesta, conectando los distribuidores de ambas plantas y resolviendo el programa de vivienda adaptado, Todo ello ajustándose a la topografía descendente de la parcela de este (donde se ubica la edificación existente) hacia el oeste. Se pretende la adaptación de la vivienda desarrollando el programa principal de la vivienda en planta baja (no en la superior como en la vivienda actual) así como las estancias adaptadas (dormitorio y aseo). Se implanta un ascensor que comunique los dos niveles. Aprovechando la orientación este, la pendiente de la parcela se crean amplias terrazas en todos los niveles de la fachada oeste, con excelentes vistas, orientadas hacia la nueva piscina propuesta.
Se plantea la resolución del programa mediante una concepción espacial de volúmenes maclados en el espacio, que permiten intercalar espacios abiertos vinculados a los cerrados en continuidad visual y funcional. Los volúmenes se ordenan jerárquicamente y se singularizan mediante el tratamiento exterior de su envolvente mediante el empleo de texturas que armonicen con la edificación existente, especialmente en su gama cromática (el blanco y el negro/gris de la piedra granítica berroqueña del lugar que constituye la fachada existente), si bien con un aspecto más moderno y acorde con los criterios arquitectónicos actuales. Así se emplean básicamente tres texturas de acabado: el ladrillo color negro/gris-pizarra (al igual que la cubierta existente), la piedra natural (se crean nuevos muros que incluso se prolongan al interior, además de mantener al interior la fachada a la que se adosa la nueva edificación) y la fachada ventilada de color claro (como el tono de la piedra berroqueña.
El nuevo acceso a la vivienda se fija en el eje de unión entre la edificación existente y la ampliación. La escalera se sitúa en el distibuidor y en el centro del conjunto constituido por las dos alas. Se trata como un elemento escultórico que se desarrolla en altura en torno a un muro chapado en piedra natural, como la edificación existente, rematado en una jardinera y que con su apertura cenital constituye un pozo de luz natural y de vegetación en el corazón de la vivienda, a modo de patio central, en torno al cual se ordenan todos los espacios en continuidad con el cánon de las viviendas clásicas mediterráneas. Se establece un juego de luces naturales en el interior de la vienda cambiante a lo largo del día que permite el máximo aprovechamiento de la luz natual en las distintas actividades diarias.
Se busca un alto nivel de sostenivilidad ambiental y de ahorro energético mediante la propia arquitectura envolvente con un tratamiento diferenciado de las fachadas conforme a las distintas orientaciones, considerando en el diseño el soleamiento, la minimización de efectos térmicos negativos, mejoras de la envolvente y ventilación: disponiendo las terrazas voladas a modo de parasoles a poniente, mediante el uso de fachadas diferenciadas, y selección de diferentes medidas de hueco. El empleo de fachadas ventiladas contribuye al ahorro energético y alaislamiento acústico, así como el empleo de piedra natural y la minimización de las demoliciones a una adecuada gestión de residuos. Todo magnificado por la vegetación dispuesta en la planta baja, escalera y zonas libres de parcela, con especies arbóreas autóctonas y con la disposición de una piscina como elemento regulador medioambiental. Todas las estancias principales vivideras de la ampliación gozan de doble o triple orientación. Igualmente las instalaciones se adaptan a estos criterios con la disposición de suelo radiante en toda la vivienda alimentado por un sistema de aerotermia.