Cada una de las dos edificaciones está concebida como un juego de volúmenes con máxima aplicación de criterios de sostenibilidad ambiental, considerando en el diseño el soleamiento, la minimización de efectos térmicos negativos, mejoras de la envolvente y ventilación.           Para ello se rompe la tradicional imagen de chalets adosados pues se plantea el bloque como un conjunto unitario con distinto tratamiento en todas las fachadas huyendo de la simetría. Los volúmenes prismáticos escalonados, los cuerpos volados abiertos o cerrados, la síntesis entre las cubiertas inclinadas y planas y el juego de colores blancos, negros y grises contribuyen a una imagen escultórica de gran plasticidad y hacen sea una edificación singular tanto en su conjunto como en cada una de las viviendas, individualizando el hogar de cada propietario.

     Los programas se han adaptado a las personalizaciones de cada cliente en lo referente a la distribución. Básicamente la planta baja está formada por el salón con comunicación directa al porche interior, amplia cocina, aseo y despacho o dormitorio opcional. La planta primera es ocupada por dormitorios, donde los propietarios han elegido el número de unidades entre 2 y 4, amplias terrazas, y dos baños. La planta bajocubierta contempla una gran espacio único, algunos con aseo, y una amplísima terraza con zona de tendedero al interior. En sótano si sitúa el amplio garaje-aparcamiento y los cuartos de instalaciones, en algunos casos existe un acceso directo al jardín interior.

       El objeto la dignificación absoluta de la calidad arquitectónica y urbana de la edificación residencial y singularización de la misma para todos y cada uno de sus habitantes en cualquier entorno urbano.