Con el objeto de dar el mayor grado de calidad ocupacional a todas las viviendas se ha liberado la planta baja de estas. La edificabilidad remanente se traslada al quinto y ático disponiendo 6 unidades residenciales con amplias terrazas y doble orientación. La totalidad de las viviendas disponen de doble orientación: bien son pasantes o se orientan a dos calles.

        La edificación se ordena en forma de ”L” adosándose a las medianerías y alineándose a la línea de fachadas exteriores, sin agotar el máximo fondo edificable para dar mayor amplitud a la zona comunitaria interior. Dispone de planta baja con dos niveles (uno para el local comercial y otro más elevado para la zona común interior), 4 plantas alineadas a fachada y fondo interior un ático retranqueado de la fachada principal con aprovechamiento bajo cubierta conforme a la Normativa vigente. 

        Se ha buscado un alto rendimiento energético mediante un tratamiento diferenciado de las fachadas conforme a las distintas orientaciones y considerando en el diseño el soleamiento, la minimización de efectos térmicos negativos, las mejoras de la envolvente y de la ventilación. Así por ejemplo se han dispuesto parasoles y aleros al sur y poniente y se han tratado de modo diferenciado las fachadas con selección de diferentes medidas de hueco. Todo magnificado por la vegetación dispuesta en la planta baja, en las zonas libres, con especies arbóreas autóctonas y con la disposición de una piscina como elemento regulador medioambiental. 

        Es un elemento primodial de diseño la creación de un entorno cerrado para el disfrute seguro de los menores, por lo que se ha liberado la planta baja de viviendas creandose una zona porticada elevada sobre las rasantes de la calle, y con la disposición de vegetación y de un parque infantil

       El diseño surge como respuesta a las características de la parcela, de la Normativa vigente y del programa de necesidades propuesto. El edifico se concibe como un núcleo residencial compacto, apoyado sobre un zócalo permeable que alberga los soportales y accesos a los portales. Las fachadas constituyen una piel de texturas diversas donde los diferentes elementos convergen o se dispersan consiguiendo una imagen alejada de la monotonía. Las dos fachadas exteriores se encuentran en el chaflán de modo que los elementos volados (miradores, terrazas y tendederos) se yuxtaponen en los niveles superiores. Es justo en este punto donde el local de doble altura actúa como apoyo y confluencia de los ritmos laterales, siendo el único de acceso directo. Los miradores, desplazados entre si de la vertical y con una composición “mondrianesca” aportar singularidad y calidad formal al conjunto.